Steve y Sue deben convencer a los granjeros de
un pueblo a que autoricen a su sociedad para que perfore el suelo sobre el que
se sitúan sus casas y sus animales para sacar del subsuelo el gas que allá han
descubierto. La oferta de la sociedad de explotación es generosa pero los
granjeros no están seguros de que esta opción represente el futuro de su
comunidad y no su destrucción. Resignados ante la fuerza de los más poderosos
serán convencidos rápidamente a pesar de las reticencias iniciales que un
profesor de instituto hace nacer en la colectividad. Todo se tuerce cuándo un activista
se presenta contando a los habitantes cuáles serán realmente las consecuencias
de la explotación. Una historia americana profundamente real y actual. Una país
que no se contenta con hacer la guerra en países lejanos para sacar de allí el
preciado oro negro. Siempre en busca de recursos para satisfacer una sociedad que
no conoce el ahorro energético no dudarán en destruir paisajes y pueblos para
sacar todo lo que necesitan sin contemplaciones ni discreciones. Lejos estamos
todavía de la protección de un ambiente que poco a poco esta desapareciendo
bajo nuestros ojos impasibles.
Silvia
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