Dentro del recipiente que transporta cada día la comida de los hombres que trabajan en la ciudad, se encuentra el secreto de la felicidad de Ila. Ila ha cambiado. Ya no es esa mujer taciturna que espera cada día que un marido desconsiderado vuelva de trabajar. Un marido que ni la mira a la cara, ni a ella ni a su hija pequeña. Un marido que llega, come, mira la televisión y el móvil y ni siquiera le dice si le ha gustado la comida o la cena. Ila no puede más pero las cartas que encuentra en el recipiente vacío que cada día devuelve el servicio de entrega le devuelven esa alegría que ya no recordaba. Su vecina la anima a que siga escribiendo. Este hombre misterioso que recibe por equivocación el recipiente destinado al marido de Ila le va contando retazos de su vida. Un hombre que conoceremos en su trabajo, un hombre triste y resignado que va redescubriendo poco a poco la vida gracias a Ila y a su nuevo compañero de trabajo. Una historia peculiar, hermosa, una historia de amor que se va fraguando por correspondencia en un país donde las mujeres no tienen libertad de expresarse libremente y dónde deben sobre todo guardar las apariencias.
Silvia
No hay comentarios:
Publicar un comentario