Un flashback inicial nos introduce en el
segundo episodio de El Hobbit con un cambia-piel que toma el relevo de los orcos
en las persecución de la compañía de enanos. A pesar de que odia a los enanos,
por su soberbia, por su avidez, la suerte está de su parte porque este ser único
en su especie lo que más odia en el mundo son los orcos y por este motivo les
facilitará los medios para atraversar el bosque sobre el que pesa un terrible
maleficio. No existe otro modo para proseguir el camino hacia la montaña de los
enanos y estos abandonados por Gandalf que debe resolver otros asuntos, se
internarán en la oscuridad de un bosque que nada bueno depara. Y ese maleficio
tiene forma de arañaas gigantes, ya presentes en la anterior saga que atraparán
con sus redes a los pobres enanos incapaces de luchar desde el interior de los
capullos en los que se encuentran inmovilizados. Bilbo, con su anillo logrará liberar a sus comañeros sin la no menos
estimable intervención de unos elfos que sin poseer la sabiduría de los elfos
de Elron conseguirán entender la misión de los enanos. La vanidad de un rey que
no consigue desatarse del legado de sus ancestros los encerrará en una celda de
la que nuevamente podrán huir gracias al ingenio de Bilbo. La persecución y huída
a través de un río de aguas agitadas se completará con un nuevo ataque de los orcos que aparecen
siempre cuándo nadie les llama y sus primarios carceleros servirán en esta
ocasión para conservar sus vidas a merced de las corrientes del agua dulce. Un
enorme lago pone freno a la aventura y un descendiente de un importante personaje
que no pudo salvar de la ruina a la humanidad les ayudará y no sólo a
atraversar el inmenso lago sino a introducirse además en el pueblo que recordará
por una vez la leyenda abriendo los brazos a Thorin, rey de los enanos. El
camino debe proseguirse, el último día de otoño se avecina y con él la última oportunidad
de abrir la puerta secreta de la montaña que se desvanecerá junto a los rayos
del sol. Un rey sin convicciones ni perseverancia será guiado por un pequeño Hobbit
que consigue entender perfectamente el mensaje de un pergamino antiguo que contiene
la verdad para penetrar en la montaña. En sus manos está la delicada misión de
encontrar la apreciada gema que pudrió el corazon del antiguo rey de la montñna
custodiada ahora por el dragon Smaug de sueño ligero y olfato fino. Nadie
escapa a la furia del escupe-fuego y una venganza genial y bien organizada, con
la unión más armoniosa de una compañia fiel a su rey verá cómo su sueño vuela
hacia el horizonte sedienta de fuego y de muerte.
Silvia
No hay comentarios:
Publicar un comentario