Una persecución por las calles de Seúl nos
introduce en la trama. Un diálogo entre dos contendientes, uno representa el bien
y el otro el Mal para iniciar con un final. Nuestro héroe con bigote de pega es
el vigilante de la ciudad, tiene tarjeta de visita y lucha contra los malos para
que no dominen el mundo. En una de sus noches de trabajo ayuda a una guapa chica
perseguida por tres hombres con malas intenciones o al menos eso es lo que
parece. Tras salvarla se la lleva a su casa y tras ofrecerle diversos
reconstituyentes caseros empiezan a jugar a juegos de mesa. La noche transcurre
de forma serena y tranquila pero poco a poco la tensión sexual entre los dos
jovenes empieza a aumentar. Ambos se sienten atraídos el uno por el otro y la
chica cansada de esperar toma la iniciativa. Cuál no iba a ser su desilusión cuándo
descubre que el su machote salvador, con el que se quiere acostar es un chico vírgen
de más de 30 años que ha hecho
votos de castidad y no tendrá relaciones sexuales hasta formalizar su relación
con un matrimonio. Esto es el colmo y la joven decidida a conseguir ese esperma
cueste lo que cueste, golpea y deja inconsciente al héroe para después atarlo y
exprimirlo hasta que suelte su preciado tesoro. Es de esta manera que el pobre
muchacho descubre que la chica desvalida a la que había salvado es en realidad
un terrible alienígena que debe quedarse embarazada esa misma noche para dar
continuidad a su estirpe. Entre puñetazos y columnas vertebrales asesinas comenzará
la noche más larga del vigilante de la noche y la que conllevará mas tensión
por la gran responsabilidad que supondrá resistir a las armas de seducción de
una alienígena bellisíma y obsesionada con su cuerpo.
Silvia
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