domingo, 21 de julio de 2013

Act of killing de Joshua Oppenheimer. (2012)


The Act of Killing (2012 film).jpg
Este documental producido por Werner Herzog nos presenta a unos hombres reclutados por el gobierno de Suharto con una sola misión: exterminar a toda la población comunista. Y esto significaba que cualquier comentario, cualquier sospecha era legítima para secuestrar, torturar y matar a un miembro del país. La cólera de este régimen se desató especialmente sobre la población de origen chino, provenientes de un régimen comunista y por lo tanto automáticamente susceptibles de ser considerados comunistas. Sin embargo había una excepción, si estos habitantes pagaban mensualmente por su vida, podrían conservarla y esta situación se repita más de cincuenta años después. Pero este documental no trata sobre la historia del país, ni sobre un golpe de Estado, ni sobre la dictadura o manipulación del pueblo, se trata de mostrarnos sin ningún tipo de censura a estos hombres que mataban por dinero. Hombres sin ningún tipo de convicción, que torturaban porque así se lo mandaba el Estado, animales en el más puro significado de la palabra, preocupados por mancharse sus trajes caros pagados con la sangre que derramaban, inventaron diversos modos para matar que evitasen grandes cantidades de sangre derramadas por el suelo. El director de este filme les pide a estos hombres convertidos en mitos y apreciados, alabados por los gobernantes y la población, que recreen las escenas más terribles de sus interrogatorios y que a su vez, uno de ellos, tome el papel de víctima. Lágrima de cocodrilo, el alcance de la comprensión de sus actos pasados enfundados en lujosas sedas para unos hombres que pretenden hacernos creer desde su pedestal de ídolos que comprenden el dolor de las víctimas. Asesinos apoyados por las capas pudientes, asesinos impunes que morirán ancianos en sus camas sin pagar por sus crímenes cometidos contra la humanidad.
Silvia

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