martes, 11 de noviembre de 2014

Gravity de Alfonso Cuarón. (2013)


 
La historia de una superviviente. Una mujer aparentemente débil que deberá luchar contra los detritos de un espacio no tan vacío. Una misión espacial que fracasa por un calculo de probabilidades acabará con toda una tripulación. Pero ella, la doctora Ryan Stone será la última persona de la expedición que podrá volver a la Tierra con una fabulosa historia que dejará a todos de piedra. El abandono como opción no se descarta alimentado por el recuerdo de una vida terrestre que ya no tiene sentido, pero ella es una luchadora nata, con el temple de acero, en un lugar inhóspito, sin gravedad, sin oxígeno, una persona sola en el silencio total del espacio sabiendo que ha llegado el momento de morir. Todos debemos morir algún día, es lo normal, pero cuándo se sabe el día y la hora todo cambia, la esperanza renace y la inventiva se hace viva para superar lo imposible y conseguir renacer, levantarse bien erguido en lo que podría ser un nuevo comienzo. Toda una serie de sensaciones que refleja una película que pone la piel de gallina y realizada tan solo con un actor y medio. Una exquisita interpretación de la entrañable Sandra Bullock que nos trasmite intensamente la calma en los momentos más terribles de la película, el retorno a la nave convertida metafóricamente en el refugio del útero materno sin prescindir de la terrorífica sensación de claustrofobia que sólo un lugar inmensamente desconocido e inabarcable puede transmitir. Una película de Oscar, sin duda merecido y trabajado gracias a una hora y media de ansiedad.

Silvia

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