Todas
las bajezas humanas reunidas en una sola cinta. Un bebé abandonado crece solo y
salvaje sin más sustento que su propia fuerza para alimentarse. Sin educación y
sin haber sido nunca integrado en la sociedad todo vale para una pequeña bestia
salvaje, incluso matar y comer a sus semejantes con tal de sobrevivir y ver el
nuevo día. Kioto en el siglo XV, devastada por el hambre, las calamidades
naturales golpean a la población, el hambre, la sed diezman a la comunidad
convirtiéndolos en bestias. Wakasa una joven inocente y amable ayuda al pequeño
llamado Asura a entrar poco a poco en un mundo que desconoce por completo. La
humanidad resumida en una pocas palabras amables, un abrazo quizás o una
sonrisa devolverán al pequeño Asura un pedazo de vida que nunca tuvo. Pero
Wakasa, la única que es capaz de comprender al muchacho, cambiará de
comportamiento cuando una mínima parcela de su vida será amenazada. Mientras
tanto el pueblo se organiza para acosar al pobre muchacho como una bestia. Un
pueblo hambriento que ya no razona ni es capaz de pensar con claridad dará caza
al único que no es responsable de sus desgracias. Pero Asura que lleva el
nombre de los dioses sedientos de sangre luchará hasta el último aliento por
una vida que le hace profundamente infeliz.
Silvia
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