La historia de una
superviviente. Una mujer aparentemente débil que deberá luchar contra los detritos
de un espacio no tan vacío. Una misión espacial que fracasa por un calculo de
probabilidades acabará con toda una tripulación. Pero ella, la doctora Ryan Stone
será la última persona de la expedición que podrá volver a la Tierra con una
fabulosa historia que dejará a todos de piedra. El abandono como opción no se
descarta alimentado por el recuerdo de una vida terrestre que ya no tiene
sentido, pero ella es una luchadora nata, con el temple de acero, en un lugar
inhóspito, sin gravedad, sin oxígeno, una persona sola en el silencio total del
espacio sabiendo que ha llegado el momento de morir. Todos debemos morir algún
día, es lo normal, pero cuándo se sabe el día y la hora todo cambia, la
esperanza renace y la inventiva se hace viva para superar lo imposible y
conseguir renacer, levantarse bien erguido en lo que podría ser un nuevo comienzo.
Toda una serie de sensaciones que refleja una película que pone la piel de
gallina y realizada tan solo con un actor y medio. Una exquisita interpretación
de la entrañable Sandra Bullock que nos trasmite intensamente la calma en los
momentos más terribles de la película, el retorno a la nave convertida metafóricamente
en el refugio del útero materno sin prescindir de la terrorífica sensación de
claustrofobia que sólo un lugar inmensamente desconocido e inabarcable puede transmitir.
Una película de Oscar, sin duda merecido y trabajado gracias a una hora y media
de ansiedad.
Silvia
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