viernes, 27 de diciembre de 2013

El velo pintado de John Curran (The painted veil, 2006)


China de 1925, el mundo está cambiando y las poblaciones se rebelan contra los imperialistas que los someten con sus abusos, condenados a una vida de pobreza y esclavitud. En este contexto se sitúa esta hermosa historia de descubrimiento personal, del nacimiento de un amor imperecedero a pesar de las dificultades de su nacimiento. Kitty una joven alocada y hija mimada de clase media decide aceptar la proposición de matrimonio de un jóven médico, Walter Fein al que apenas conoce para escapar del control de una madre que está harta de los caprichos de su hija. La vida de Kitty a partir de ese momento sera apacible incluso aburrida ya que Shanghai no le ofrece todo lo que ella quisiera. Pero en una fiesta conoce a Charlie un dignatario del que se encapricha y enamora después. Sus relaciones clandestinas son descubiertas y Walter despechado decide marcharse a un pueblo del sur en el que ha estallado el brote de colera más brutal de los últimos años y su mujer debe partir con él. O marcharse o divorciarse, la decisión no es muy difícil hasta che Kitty descubre que Charlie en realidad no está tan dispuesto a acogerla en su vida y divorciarse de su mujer.  El sur de la china no se parece en nada a Shanghai. En este pueblo perdido y lejano no hay absolutamente nada que hacer a parte hablar de vez en cuando con un vecino occidental que se ha dejado llevar por la inercia de los acontecimientos. Los habitantes del pueblo mueren a decenas cada día y mientras Walter trabaja para buscar una solución al mismo tiempo que ignora a su mujer, Kitty entra en contacto con las monjas del pueblo a las que empezará a ayudar a cuidar de las huérfanas del lugar. Una buena terapia para una mujer egoista, egocéntrica y que nunca en su vida se ha hecho responsable de nada. Esta nueva vida la ayudará a comprender muchas cosas , a apreciar lo que tiene y a intentar recuperar lo que finalmente ha descubierto, una vida tranquila y feliz al lado de un hombre sencillo y tranquilo que la amaba por encima de cualquier cosa. Quizá todavía no sea tarde para recuperar el tiempo perdido, todos nos merecemos una seguna oportunidad si el arrepentimiento es sincero y el aprendizaje ha sido certero. No está dicho que de una atmosfera triste y lugubre no pueda nacer algo bello que perdure por encima de la desgracia y la muerte.
Silvia

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