martes, 17 de diciembre de 2013

Una navidad dierente de John Grisham. (Skipping Christmas, 2001)


Nora y Luther han decidido celebrar una Navidad distinta. Su hija ya se ha ido de casa y ellos ya están hartos de tantas luces, árboles, adornos y fiestas para los amigos. Pero sobre todo han pensado que con los más de 6000 dólares que gastaron el año pasado, este año podrían hacer algo distinto. Y es en ese momento que deciden, finalmente, gastar esa misma cifra en el crucero que tanto habían soñado. Y empiezan los preparativos, los billetes, el solarium para no tener problemas con el sol más adelante, ropa de verano, bañadores a la moda, todo está apuntado en una lista y paso a paso reúnen todos los objetos que les serán necesarios para la travesía. Todo esto implica también esquivar a amigos y familiares que esperaban con expectación la anual fiesta navideña y quizás, a veces, contestarles mal o con evasivas para evitar dar demasiadas explicaciones. Pero he aquí cómo se frustran los sueños. Cuándo ya todo estaba listo y se contaban las horas que quedaban para partir, su querida hija llama por teléfono para anunciar su inminente retorno a casa por Navidad, para participar en la consueta fiesta y presentarles a su novio médico conocido en la selva de Perú. Así que les quedan dos días para encontrar un árbol, sacar los adornos del desván e intentar encontrar a algún amigo libre que quiera todavía participar en la fiesta. Y es ahí dónde entra en juego la solidaridad de un barrio unido que no quiere que la hija de Luther y Nora a la que han visto crecer y convertirse en mujer se lleve una desilusión por culpa de un repentino capricho de unos padres inconscientes. Una historia navideña aburrida e insulsa que usa un lenguaje para colegiales que no tenga nada mejor que hacer que leerse esta novela para intentar entrar en el espíritu de estas fiestas.
Silvia

No hay comentarios:

Publicar un comentario