Inicia la guerra sino-japonesa. Las primeras bombas caen
sobre Shanghai y la población intenta huir despavorida. Dos jóvenes acaban
empujados por la masa, bajo un puente.
La oscuridad lo envuelve todo y ya no quedan luces en la ciudad. Esos
cinco minutos han sido los más intensos de la corta vida de estas dos personas
que, sin poder vislumbrar con claridad el rostro del compañero, deciden volver
a verse en el mismo sitio en cuánto la guerra llegue a su fin. Diez años después,
el joven sigue acudiendo de vez en cuando al puente en el que ocurrió el
momento más bello sin lograr encontrar al objeto de sus esperanzas. Sin
embargo, la vida es así y transcurre placidamente, con pequeños trabajillos
junto a su tío y peleándose siempre con una vecina a la que nunca ha visto. Por
otro lado, tras un incidente en el río, no muy lejos de allí, una joven conoce
a otra chica, se convertirán en grandes amigas y vivirán juntas en un edificio
un tanto singular. El destino está escrito y aunque intenten ignorarlo o lo
consideren un sueño de juventud malogrado, el sendero es solo uno y por él
tendrán que discurrir los pasos de estos dos personajes. Una comedia irónica,
plagada de situaciones controvertidas y ambiguas que sigue las pautas de las
comedias norteamericanas de los años cincuenta con malentendidos provocados y
personajes que se entrecruzan unos con otros para llegar a un final en el que
la madeja de desenrolla.
Silvia
No hay comentarios:
Publicar un comentario