El gobierno elige, a falta de otros candidatos, tres ministros
radicalmente distintos pero con algo en común: la indiferencia. Una
indiferencia limitada, cuándo se trata de obtener algo son capaces de vender a
su familia. Tres personajes francamente estereotipados que resumen lo peor que
ha creado nuestra decadente sociedad. Por un lado tenemos al mafioso, rescatado
de la cárcel por sus propios electores y al que sólo le importan sus vasallos,
su dinero y su propio pellejo. Un hombre que gracias a la posesión de un
secreto, llegará a ser nombrado ministro del gobierno. El segundo, un hombre
que sólo quiere huir de su beata madre, ferviente religiosa y obsesionada con
la fe, que intenta, antes de morir, que su hijo en vida sea beatificado. El
mejor camino para ello es convertirse en ministro y ser recibido, gracias a su
influencia en el gobierno, por su altísima santidad, que se plegará a sus
necesidades a cambio de un pequeño cambio en la legislación que repercuta en
nuevos y provechosos fondos. Y por último, el retorno del separatista, del fascista
en versión siglo XXI. Su vocabulario renovado, su propaganda política
perfeccionada y su imagen de hombre nuevo alabada. El más peligroso, el más
tentador, con sus discursos nacionalistas conseguirá su escaño porque si él
cede, todos cedemos. El nuevo hombre racista que representa un gran sector de
la sociedad se convertirá en la piedra angular de un estado que aspira a tener
la manos libres para hacer lo que le dé la gana, con quién quiera y en cualquier
momento. Estos tres representantes cumplirán su elevada misión como ovejas de
un gran rebaño hasta que sus pretensiones personales harán que su papel sea
replanteado. Contado con mucho
humor y mucho sarcasmo, encontraremos entre múltiples carcajadas, un retrato veraz
de lo que constituye el sistema político europeo.
Silvia
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