Kaja, acoje, junto a su marido Eirik y su hijo, a sus nuevos
vecinos en un pequenó pueblo de Noruega. Kaja, el prototipo de mujer sonriente
y complaciente que no se deja abatir por nada, verá en esta familia la perfección
que a ella le gustaría alcanzar. Este descubrimiento desencadena una serie de
explosiones en su vida cotidiana que le llevan a la comprensión existencialista
de su propia vida, una nueva forma de luz que arroja la verdad sobre lo que
ella había encubierto durante tantos años, la conformidad. En realidad su vida
no es maravillosa, su marido un patán ignorante que prefiere irse a cazar con
sus amigos que acostarse con su mujer y que esconde tras las partidas de caza
un secreto que ella conoce perfectamente. Un hijo maleducado y cruel, reflejo
de la educación de su padre y tan frustrado como él. Y a sus vecinos se les ve
tan felices, realizados en sus profesiones, en sus aficiones y en su vida privada.
En cambio a Kaja no le está permitido, ni tan siquiera, tener ese segundo hijo
que tanto anhela, tal vez una niña que le de un poco de esperanza a esa vida fría
como el hielo del paisaje que observa desde la ventana de su salón. Una narración
impecablemente cínica reflejo de la condición actual de la vida en pareja,
rendida a la monotonía y refugio de las propias necesidades escondidas bajo la
falsa felicidad y la sonrisa fácil. Cada fase de la historia es introducida por un coro de cantantes tradicionales que con un poco de humor presentan la rendición emocional de los personajes.
Silvia
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