Zhang Gengnian de
vuelta a casa tras seis años transcurridos en el campo para su reeducación,
debe recuperar su papel de padre de familia con no pocas dificultades. Su hijo,
un niño de siete años acostumbrado
a vivir a su aire, jugar con sus amigos y hacer travesuras por los recovecos
del hutong en el que viven, tendrá, a su vez, que acostumbrarse a la
presencia de un padre que no
recuerda y someterse a una disciplina que considera injusta e inútil. A lo
largo de los años veremos la evolución de las relaciones de esta familia china
al ritmo de los acontecimientos políticos. Comenzando con la revolución
cultural y el exilio del cabeza de familia, a los cambios sociales provocados a
raíz de la muerte de El Gran Timonel y el advenimiento de los nuevos tiempos en
las que los dirigentes intentan modernizar el país transformando la economía y
sobre todo la sociedad. Todo ello se refleja en la unidad básica de un pueblo
que seguirá manteniendo unas fuertes costumbres tradicionales. La familia
seguirá constituyendo la base de un país profundamente rígido en lo que se
refiere a vertiente popular. Esta historia, se nos presenta como una largo
viaje vital a través de la historia contemporánea china visto con los ojos de
una familia cualquiera. Desde el gran terremoto de los años 70 y los daños
ocasionados en el hutong y la solidaridad de los vecinos ensombrecida por
acusaciones por actos llevados a cabo fundamentalmente por el miedo a lo
desconocido y por el dirigismo estatal, hasta la obsesión de un padre
desarraigado tras una condena injusta que trata de encauzar el futuro de su
hijo único a través de sus sueños incumplidos de éxito en el mundo del arte y
la lucha por conseguir una demora mejor a pesar de la angustia y pesar por
abandonar el refugio de una vida y unos vecinos que, después de todas las
desgracias vividas juntas forman parte irremediablemente de su existencia. Los
nuevos tiempos traerán elementos de difícil comprensión, tanto por la rapidez
de su llegada como por la brecha que abrirá entre las diversas generaciones. El
individualismo, el capitalismo, el aborto, serán todas estas nuevas cuestiones
que no todos lograrán soportar con cautela provocando nuevos exilios y la
voluntad de vivir la vida fuera de los nuevos cauces establecidos.
Silvia
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