domingo, 24 de noviembre de 2013

La bicicleta de Pekín de Wang Xiaoshuai. (十七岁的单车, 2001)


cartel
En la ciudad de las bicicletas (y no se trata en este caso de Amsterdam), poseer o no una constituye una factor esencial. Una ciudad colapsada por el tráfico (5 000 000 de coches en circulación cada día) ofrece a sus ciudadanos la posibilidad de moverse de una forma rápida y respetuosa con un dañado medio ambiente. En esta ciudad los niños no aprenden a nadar como primera actividad física, aprenden a andar en bicicleta. Sus padres, conscientes de la importancia que tiene este sencillo medio de transporte, regalan a sus hijos una bicicleta en cuánto aprenden a andar. Dos jóvenes compiten por una flamante y nueva mountain bike. Para uno de ellos constituye su forma de sustento, para el otro es su forma de integración en un estrato social muy por encima del suyo. El primero la ha comprado con el sudor de  su frente, el segundo, un niño caprichoso y viciado por unos padres que le auspician un futuro provechoso, compra la bici robada en un mercadillo con un dinero que no le pertenece. Un retrato fiel de la capital de China que ofrece una panorámica de sus calles, habitantes, modos de vida, alimentación, relaciones sociales entre los adolescentes tan bárbaras y tan violentas. Un paseo por los hutong más famosos, los pocos que todavía se conservan, un viaje a través de una cultura que creemos ya descubierta y de la que en realidad no sabemos nada. Un inicio de la acción rápido y certero da paso a un lento recorrido por una trama realista y fiel en la trasmisión de una compleja moraleja.
Silvia

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