martes, 19 de noviembre de 2013

Ruby Sparks de Jonathan Dayton y Valerie Faris. (2012)


  
Ruby  Sparks es una película hecha a la medida de las parejas más tradicionales enamoradas del amor y con pocas ganas de enfrentarse al hecho de que las relaciones son mucho más complicadas que los cuentos estereotipados que Hollywood nos presenta. Sin restarle originalidad a la obra que aborda el argumento desde un punto de vista un tanto diferente, podemos afirmar que nos encontramos ante una sosa cinta de sobremesa.
   Un joven escritor que todavía vive de la fama que le dio un libro escrito diez años antes se encuentra aquejado del síndrome del folio en blanco y a pesar de sus continuas visitas al psicólogo, el apoyo de una inusual familia y las presiones de su representante, no consigue escribir una sola línea que de paso a una historia que funcione. Pero una noche, tras soñar con una joven y sensual muchacha que lo acepta tal y como es, todo cambia, empieza a escribir de forma compulsiva y obsesiva creando un mundo a la medida de los protagonistas que contienen gran parte de su personalidad. La dependencia de su libro se hace cada vez más fuerte hasta el punto de que, un buen día, Ruby, la protagonista del libro ,se materializa en su casa interpretando el papel de su novia. Y esta chica, no es una chica cualquiera si no exactamente la mujer perfecta, la mujer de sus sueños que él mismo había construido con su máquina de escribir. La sintonía entre ambos es perfecta, todo marcha sobre ruedas pero los sueños al igual que la vida real no son infinitos y todo llega a su fin. Una relación hay que protegerla, cuidarla, alimentarla. Unas cuántas palabras no pueden controlar la complejidad humana y el escritor acostumbrado a dominar a su personaje con el simple toque de sus teclas no conseguirá retener a su lado a la mujer que ama. Un muchacho acomplejado por su anterior relación demostrará una vez más que no todo depende de las otras personas y que una parte de la culpa de su fracaso sentimental forma parte de su personalidad egoísta y taciturna que no consigue llegar al fondo del alma de su media naranja.
Silvia

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