lunes, 21 de enero de 2013

Caterina va in città de Paolo Virzì. (2003)



Caterina y sus padres dejan su pueblo en el profundo norte y se trasladan a Roma donde acaban de heredar la casa de su difunta abuela. Su padre, profesor, elegirá el colegio de su hija en la capital en base a su experiencia personal y  también deslumbrado por la situación social de los padres de sus compañeros.  El primer día de clase será revelador para Caterina, en una capital todo el mundo es algo y la normalidad es aborrecida por todos. Cada uno tiene su tendencia política, su lugar en el mundo claro y definido en base a unos tópicos que resultan aún más ridículos cuándo la comprensión de la realidad se fundamenta en una temprana edad en la que los gustos están más dirigidos por la atmósfera del hogar que rn lo que realmente se llega a entender. Así, estos jóvenes, todos hijos de padres famosos, políticos, escritores, todos pertenecientes a altas capas sociales serán el espejo en el que el padre de Caterina se querrá reflejar. La chica probará infructuosamente a relacionarse con todos pero, evidentemente, una chica perteneciente a la clase media no podrá nunca encontrar un lugar acogedor entre ellos. Pero lejos de convertirse en un problema se sentirá aliviada mientras que su padre sufrirá indescriptiblemente por su incapacidad de encontrar un lugar entre el Olimpo de la ciudadanía romana. Una vida acomodada, una mujer complaciente y una hija serena no serán suficientes para un hombre atormentado por el desprecio y la ignorancia que recibe de los dioses.
Silvia

No hay comentarios:

Publicar un comentario