miércoles, 9 de enero de 2013

Hapiness de Hur Jin-ho. (행복, 2007)



Young-su, un joven que vive una vida llena de éxito, diversión y mujeres en Taipei debe elegir entre cambiar de vida o morir afectado por la cirrosis. Este es el motivo por el que ingresa en una granja pensada y concebida para otras personas que padecen enfermedades contraídas tras una larga vida de excesos como la suya. Young-su, dinámico y agradable por naturaleza se integra rápidamente en la vida apacible y tranquila de la granja, sin ningún problema acepta las normas un tanto convencionales y lejos de las normas mundanas a las que estaba acostumbrado.  Sus compañeros intentan buscar un sentido a una vida despachada, conscientes, la mayor parte de ellos, de que el final esta cerca, pero aún así se empeñan en las pequeñas actividades de la granja que consiguen traerles algo de felicidad a sus últimos días. Allí conoce a Eun-hye, entre ellos nace enseguida, y desde el primer momento, un lazo de amistad y afecto que se irá transformando en un amor tan profundo que hará olvidar a Young-su su sofisticada y frenética vida de Seul. Así, se trasladan a una pequeña casa de campo en la que llevarán una modesta vida acompañada por los medicamentos que ambos deben tomar y las frecuentes visitas a los hospitales. Un inesperado viaje de Young-su a Taipei hace, sin embargo, tambalear la paz de su hogar. Una vez allí la verdadera naturaleza de este joven sale a flote y poco a poco va recobrando sus viejas costumbres y sus antiguas amistades. Cuando vuelve a casa, todo ha cambiado y Eun-hye, que en su interior conoce la verdad, deberá enfrentarse a ella en un momento de violenta sinceridad. Y la vida perfecta termina, todo se derrumba, lo sencillo de una vida apacible ya no consigue llenar el corazón de Young-su. El sufrimiento que sustituye la felicidad, llevará al término de un sendero desapacible y en una atmósfera desgarradora. La comprensión verdadera de la vida y de los sentimientos llega cuándo todo ha acabado, cuándo los últimos momentos, los más importantes, pasan en la soledad más desgarradora que pasea de la mano con unos remordimientos ya innecesarios.
Silvia

No hay comentarios:

Publicar un comentario