miércoles, 23 de enero de 2013

Tenemos que hablar de Kevin de Lynne Ramsay. (We need to talk about Kevin, 2011)

Una conocida aventurera pone fin a sus días de emociones tras quedarse embarazada. El nacimiento de su primer hijo pone un poco desorden familiar en su vida ya que supone el cambio de la mochila por los pañales. Sin estar del todo convencida de su nueva situación, se empeña en criar a su hijo, Kevin, de la mejor forma posible, como haría cualquier madre respetable. Sus infructuosos intentos de educar y entretener a su hijo no son comprendidos ni creídos por un marido ausente que asiste sólo a los mejores momentos del comportamiento de Kevin. El niño va creciendo y se convierte en un adolescente maleducado, caprichoso y intrigante que desahoga su rabia con su madre convirtiéndose en un dulce angelito cuándo su padre llega a casa. La situación empeora con el nacimiento de su segunda hija que vivirá inocentemente atormentada por los cometidos de su hermano mayor. La historia se presenta con una aproximación gradual al centro de la trama. Empezando por el contexto en la que vive Eva tras la gran tragedia, que intuimos o que intentamos desvelar con los pocos indicios que nos ofrece la acción paso a paso, gota a gota, en un lento y cuidado proceso lento que nos conduce con pequeños pasos hacia el desenlace inevitable y casi esperado pero con unas dimensiones actuales que consiguen sobrepasarnos por su crueldad.
Silvia

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