Sandokán, el tigre de Malasia decide abandonar su isla, su
refugio y dirigirse con sus tigres a tierra para ver con sus propios ojos si es
cierto lo que se rumorea acerca de la belleza de una joven inglesa a la que
llaman la Perla de Labuan. Una vez zarpadas las naves, se encuentran en alta
mar con sus acérrimo enemigo ingles y entablando una lucha sin cuartel, la
tigre de Malasia consigue sobrevivir pero gravemente herido alcanza la costa.
Fingiendo en el suelo, sin conocimiento es recogido y llevado a casa de un
capitán inglés que lo cuidará y le curará sus heridas hasta que consiga
reponerse. Pero, cuánto es cruel el destino, que allí, en esa misma casa,
demora la Perla de Labuan, Marianna, una bellísima joven a la que Sandokán reconoce
inmediatamente. Las voces que circulaban sobre ella tenían razón y Sandokán cae
rendido a sus pies, un amor, que sin duda, será correspondido por esta
intrépida joven que no dudará en traicionar a su tío y al joven escogido por
este para enlazarla en matrimonio. Descubierto, Sandokán debe huir, no sin
antes prometer a Marianna que nunca cejará en su empeño de rescatarla de las
garras de su injusto tío. Así el marinero vuelve, vuelve una y otra vez, sin
lograr nunca una victoria clara sobre los ingleses, sacrificando su isla, sus
leales hombres, a su querido amigo Yañez, será vencido, herido, atado, pero
nunca jamás dejará de intentar salvar a su amada. Planes, estratagemas, naves
hundidas, islas desvalijas, ríos de sangre serán las armas y las perdidas que
sufrirá el tigre que no dudará en sacrificar todo, su nombre, su isla, sus
secuaces por conseguir y recuperar a su querida Marianna. El final del tigre se
acerca, ya su nombre no despertará el temor y el miedo en sus enemigos, el
corazón del pirata está encadenado y ya nunca volverá a rugir por los mares de
Malasia.
Silvia
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